MITOLOGIA
Los Mayas creían que la Tierra era plana con cuatro esquinas. Cada esquina representaba una dirección cardinal. Cada dirección tenía un color: este-rojo; norte-blanco; oeste-negro; sur-amarillo. El verde era el color del centro.
En cada esquina había un jaguar de diferente color que sostenían al cielo. Los jaguares eran llamados bacabs.
Los Mayas creían que el universo estaba dividido en 13 niveles, cada uno con su propio dios.
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Xib Chac era el dios Maya de la lluvia. Era un dios benevolente, y era representado de muchos colores. Durante las ceremonias, los curas eran asistidos por cuatro hombres viejos, llamados Chacs, en honor a su nombre.
Una parte importante de la ceremonia era realizada por otra persona llamada Chilam. Este individuo revelaba, durante un estado de trance, el mensaje enviado por los dioses para ser interpretado por los curas.
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Los antiguos Mayas usaban las puertas y ventanas de sus edificaciones como observatorios astronómicos, especialmente para el planeta Venus.
En Uxmal, todos los edificios están alineados en la misma dirección. Los Mayas conocían los movimientos de Venus con mucha certeza.
Venus, la estrella de la mañana, era el planeta patrón de la guerra. Muchas ofrendas se le hacían a Venus y al Sol. Por un historiador sabemos que las personas cubrían sus chimeneas para que no entrara la luz de Venus a sus casas a hacerles daño.
Mars
Los Mayas eran observadores sofisticados del cielo. Los Mayas usaban sus conocimientos astronómicos para predecir los eventos humanos futuros. Ellos conocían los movimientos de Marte. En uno de los libros antiguos de los Mayas, Marte es representado en una serie de dibujos como una bestia de nariz larga que desciende a varias profundidades desde una banda celeste. |
Los Mayas creían que la Vía Láctea era el camino místico por donde las almas caminaban hacia el inframundo. Cruzando la Vía Láctea en la contelación Escorpio está la eclíptica, la aparente trayectoria del Sol, la Luna, y los planetas mientras se mueven contra el fondo de estrellas.
Los Mayas trazaron sus historias de creación basándose en la relación del movimiento de las estrellas a través del cielo. Ellos creían que en el punto donde la Vía Láctea aparecía como una banda vertical en el cielo de la noche representaba el momento de creación.
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LAS PROFECIAS
EL ESLABON PERDIDO: LOS MISTERIOS MAYAS
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EL ESLABON PERDIDO: LOS MISTERIOS MAYAS
Sin lugar a dudas, los Mayas fueron una de las civilizaciones más extraordinarias de todos los tiempo. Un afán los hacia totalmente distintos a todas las demás: rendían un fervoroso culto a lo que nos resulta imperceptible, tal como el paso del tiempo, la energía de la mente y la conciencia, el movimiento de lejanísimos planetas y estrellas, y adoraban a un dios sin imagen, Hunab Ku. Conectados a toda hora con lo que resultaba autentico, con lo que no pasa de moda, etc. Incluso el lugar donde habrían partido, nos es inhallable a nuestros sentidos. Solo nos quedan vestigios en la inmensidad de la selva y un par de interpretaciones, las cuales varían a través del tiempo, y la cultura que la cuenta.
A lo largo de este texto ahondare en sus misterios, y en dar mi opinión sobre el campo de las profecías.
LAS SIETE PROFECIAS MAYAS
PRIMERA PROFECIA: Establece que nuestro mundo entrara en una etapa de grandes cambios, marcando el año 2012 como fecha de termino del gran ciclo de 5125 años iniciado en el 3113 A. C. El sistema solar recibirá un rayo sincronizador del centro de la galaxia, que pondrá fin al materialismo. Antes de esa fecha, el hombre deberá decidir entre desaparecer, o evolucionar hacia una nueva era de integración con el universo.
SEGUNDA PROFECIA: Señala el eclipse de sol del 11 de agosto de 1999 como un momento clave, en que la alineación en cruz cósmica con centro en la tierra de casi todos los planetas acelerara el proceso de transformación de nuestro mundo. Revela que si la mayoría de los hombres se sincroniza con la naturaleza, evitaran los siguientes vaticinios.
TERCERA PROFECIA: Sostiene que una ola de calor aumentara la temperatura del planeta, produciendo cambios climáticos y sociales de importancia. La razón que produciría esto era para ellos por la falta de sincronía con la naturaleza, y los manejos antiecológicos.
CUARTA PROFECIA: Indica que el aumento de la temperatura del planeta hará posible el derretimiento de los polos.
QUINTA PROFECIA: Los sistemas organizadores de nuestra sociedad sufrirán un caos, llegando a dejarse de lado el dinero como medio de intercambio. Según ellos, la economía del hombre esta basada en principios de agresión, incompatibles con el nuevo tiempo que llega.
SEXTA PROFECIA: Advierte sobre la posibilidad que un cometa ponga en peligro la existencia de la humanidad. Para los mayas, los cometas eran disparadores de cambios: Los consideraban potentes generadores de transformación, permitiendo la evolución de la conciencia colectiva.
SEPTIMA PROFECIA: Indica la posibilidad del nacimiento de una nueva conciencia. En los 13 años que van desde 1999 hasta el 2012, todos los seres humanos tendrán la posibilidad de romper sus limitaciones, accediendo a una armónica manera de entender la vida en sociedad y comprendiendo la realidad mas allá de sus sentidos.
EL MITICO AÑO 2012
Por definición, la profecía resulta un don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina hechos que resultan distantes en el tiempo. Si bien la palabra “profecía”, deriva de profetua, término griego que significa “predecir”, una notable diferencia se establece entre dichos concepto. La predicción es mas bien una aptitud, capas de ser realizada por cualquier persona; empero, solo los profetas profetizan, y a través de una virtud divina.
Cuando los sacerdotes mayas crearon hace milenios su propia cuenta del tiempo, hablaban del fin de los tiempos se produciría en el año 2012. Y si analizamos en la actualidad, encontrándonos a 6 años de dicho intervalo de tiempo, podemos ya asegurar que gran percepción acusaron tener, ya que el presente es un momento de convergencia extraordinaria. Sin duda, al punto que un cambio en el libreto en la forma de percibir y tratar al mundo, se vuelve más que nunca, necesario. Y que mejor que el campo profético diseñado por una de las civilizaciones más admirables de la historia humana, para darnos una imperdible alternativa de reflexión.
Sin embargo, hay algo innegable en torno a quien quiera adentrarse en el mundo de las profecías: el hecho de tener que abordarlas sin obsesiones, con la mayor objetividad que podamos, y entendiendo que después de todo, teniendo la predisposición de combatir tanto la rigidez mental, como lo establecido como inamovible, somos aun participes casi directos en lo venidero. Asimismo, tomándola siempre como una realidad no estrenada, pero posible.
A esta altura, resulta demasiado latente una pregunta existencial: ¿Cómo es posible que profetizaran los hechos que sucederían a miles de años de su apogeo, y ubicados en este lapso de tiempo, nos demos cuenta de que al fin y al cabo, de no darse en el 2012 el cambio definitivo, se dará en momentos colaterales no muy dispersos? La respuesta no es simple, y quizás, no tenga explicación. Pero todo posee y brinda una base de hipótesis donde uno puede guiarse. Un ejemplo muy sencillo, explicaría el funcionamiento del vaticinio circular. Si un ser de otro planeta visitase la tierra, vería que luego de determinadas horas de luz, le sigue un lapso casi igual de oscuridad. Al notar que conforme a esa manifestación, la pauta se da siempre de la misma manera, es altamente posible que predijera los momentos antecesores al amanecer y atardecer. De alguna manera, más o menos similar, los mayas vaticinaron con un mecanismo similar los hechos que volverían a acontecer, pero con la diferencia de que utilizaron para tal objetivo medidas de tiempo gigantes, medidas en miles de años. Resulta asimismo apodíctico aducir que para tal “viaje al futuro”, es necesario un grado de compresión del tiempo muy profundo y abarcativo, únicamente al alcance de conciencias muy evolucionadas.
Aunque mi posición meramente investigativa en torno a los fenómenos paranormales y las ciencias, siempre fue abierta a todas las posibilidades y probabilidades que el destino puede plantearnos, y que tengo de amiga a una persona que cree fervientemente en este campo, y me ha trasmitido en parte su percepción, admito que el campo de la profecía como anticipativo exacto de un acontecimiento a futuro, nunca me fue de sumo interés. No porque ignore trayectorias y análisis del mismo, sino mas bien porque las considero algo mucho mas importante y sorprendente que el hecho de tomarla como mas bien un “ultimátum”, del cual ni siquiera a costas de nuestra voluntad, escaparíamos. Creo que la profecía es ni más ni menos que una advertencia de peligros que, dados desde el pasado, y en torno a una época determinada, nos permite poder evolucionar, y sumirnos en preguntas. Y con eso logra algo mágico, ya que si dicho vaticinio adquiere la importancia de ser tomado en cuenta, y luego de eso, quien, encontrándose en la época previa a lo que “sucederá” (en este caso, a años del mítico 2012), logra cambia el rumbo de los hechos, conseguirá terminar ese objetivo. Es por esto que resulta útil tomar a esta anticipación como enlace para abrir nuestra conciencia, no para inmovilizarnos torpemente.
En síntesis, lo que logro pensando de esta manera, es darme cuenta antes de que venga el año 2012, que esta cultura excepcional, duplico su objetivo. Conseguir con su extraordinaria percepción, vaticinar en el tiempo un momento conflictivo para la humanidad, y luego, a costas de lograr sorprender con el transcurso de los años con sus templos y exactos cálculos de distancias, trayectorias y ubicaciones estelares, hacer que la civilización que deberá vivir esos momentos previos, expanda su conciencia, y logre evadir un mal designio. Eso si, somos un eslabón definitivo en dicha “conexión”. Debemos de hacer de una vez por todas, que el mundo se una, y que las catástrofes, sean cada vez menos frecuentes.
Algo resulta curioso en todo esto. Los que invadieron aquella cultura, y destruyeron tantos manuscritos que serian de vital importancia, representarían en estos momentos a todos los que hacen de la guerra y la contaminación, una realidad cotidiana de estos días. Los mayas en si, son la palabra de los tiempos que prometió dar batalla con sus conocimientos, no respondiendo a las ineptitudes de los que los atacaron sin sentido, y haciéndose sentir por miles de años sin cesar. Y todos lo que queremos un mundo en paz, somos los que le debemos de dar la victoria a quien por merecimiento y sabiduría, hace miles de años la merece: al imperio MAYA. Solo el avenimiento del tiempo tiene la última palabra. Mientras tanto no nos dediquemos meramente a ser espectadores de lujo: aun se puede cambiar las cosas.
Y que quede claro algo. Esta cultura no desapareció nunca: aun esta dentro de nosotros…
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